Con
el crítico Emilio Bustamante
Cine
peruano versus cine hollywood
El
cine de calidad es siempre minoritario aquí y en cualquier parte del
mundo
Emilio
Bustamante es comunicador social especializado en lenguaje, narrativa
y guión audiovisual, además es docente en la Universidad de Lima.
Como crítico de cine nos da su opinión sobre las carteleras
peruanas debido a los próximos estrenos de las películas “Lima13”
y “Asu mare”, así también demandó
que se aplique la cuota de pantalla para las producciones.
En esta entrevista también nos comenta sobre las diferencias que hay
entre el cine hollywoodense y el cine de nuestro país. Su próximo
libro saldrá publicado en tres años y trata sobre el cine
provinciano. Este proyecto lo está trabajando con Jaime Luna
Victoria, quien es un investigador externo y especialista en el
tema.
Por
Maribelli Reimundiz, Nicole Barreda y María Alejandra Palacios
¿Cuál
es su posición con respecto a la numerosa cantidad de películas de
Hollywood en los cines limeños en comparación de las peruanas?
Debería
existir una cuota de pantalla; es decir, una disposición legal que
establezca una cierta obligatoriedad para que las salas de estreno
comercial exhiban las películas peruanas en un porcentaje pantalla
aceptable, a fin de no competir en desventaja con las grandes
producciones hollywoodenses propuestas por las distribuidoras
internacionales.
La
cuota de pantalla ha sido interpretada, por algunos defensores del
mercado, como una forma de intervencionismo, proteccionismo y que
altera las reglas de mercado. Creo que es lo contrario. Justamente,
la cuota de pantalla aspira a que no se pervierta el mercado con el
copamiento de las pantallas por determinadas empresas
transnacionales.
¿De
quién considera es la culpa de esto: de los dueños de los cines o
de los cineastas peruanos?
Los
dueños de los cines y los cineastas peruanos, en realidad, son
quienes menos poder tiene. Las que mandan son las distribuidoras
internacionales que les dan: algunos blockbusters, que van a generar
muchísimos ingresos y que son generalmente estrenos de las
películas norteamericanas. También muchas películas que no son tan
importantes pero que ayudan a llenar la cartelera durante todo un
año. Hay una condición: si no aceptan esas otras películas (las
menos importante), entonces no les dan las grandes (las más
importantes).
De
otro lado, las películas peruanas no van a llenar la cartelera
durante todo un año. No se producen tantos proyectos
cinematográficos con estándar comercial técnico. Parece que se
hicieran muchas películas peruanas, pero no con el estándar que
exigen las salas comerciales actuales. Ahí el poder está de lado
de las llamadas “majors”.
Justo
Ricardo Bedoya ha expuesto, en el último Felafacs, que se han hecho
unas cuatrocientas películas, lo cual es montón. Pero la mayoría
de estas se ven en otros ámbitos y circuitos que no son las
grandes salas comerciales.
¿Considera
que las películas de Hollywood son mejores que las peruanas? Si es
así, ¿qué le falta al cine peruano?
No
sé si son mejores. La calidad es muy difícil de medir. En realidad
Hollywood produce muchísimo cine y seguramente la mayoría de estos
productos audiovisuales son malos; de igual manera, la gran cantidad
de películas peruanas son malas. Yo creo que la mayor parte del
cine mundial no es bueno, es malo. El gran cine o el cine de altísima
calidad es siempre minoritario tanto en Hollywood como en la
producción peruana. Lo que sucede es que existen ciertos modelos y
estándares. El cine de Hollywood tiene un modelo narrativo y
estilístico muy codificado, convencional y muy reconocible por el
público consumidor.
Es
un cine que, desde el punto de vista narrativo, tiene sus plot
points, tiene su punto medio, su anagnórisis, su clímax; en otras
palabras, cada diez minutos o menos el espectador está removido por
algún nuevo giro narrativo y sin tomar en cuenta que
estilísticamente también es un cine muy excitante. Especialmente
en determinados géneros como el cine de acción cada cinco o siete
metros hay una explosión de manera que el espectador siempre está,
constantemente, estimulado y acostumbrado. De manera que si le
vienen con otro tipo de cine que no maneja ese modelo narrativo ni
estilístico sino, que de lo contrario, que da más lugar a los
tiempos muertos o a la contemplación, el público normalmente va a
rechazarlo porque no es a lo que está acostumbrado. Ello también
ocurre con las películas peruanas y, sobre todo, con las más
recientes como “Paraíso”, “La teta asustada”, “Chicama”
que no siguen con ese modelo.
¿Cómo
cree usted que se podrían incentivar a las personas a ver más cine
nacional?
Es
un problema gravísimo. En estos días ha circulado en las redes
sociales una estadística de cómo ha ido disminuyendo la cantidad de
público que va a ver películas nacionales. Si nos remontamos a los
años ochenta o noventa las películas peruanas estaban entre las más
taquilleras del año como “Juliana”, “Gregorio”, entre otras
que estaban en los primeros lugares y superaban a los blockbuster.
Incluso en los últimos quince años las películas aún tenían una
acogida por el público como la película “Paloma de papel”.
Pero
en estos días es terrible, las películas tiene un público de ocho
mil o veintitrés mil, a esta última cantidad ya se considera casi
un éxito, pero ello no estimula ni ayuda a una inversión en el
cine. Y existen unos prejuicios muy curiosos, porque se dice que la
gente normalmente lo rechaza ya que lo considera como un cine de
lisuras y calatas. Y las que no tienen (las lisuras y calatas) son,
según mi parecer, las que menor acogida tiene ya que plantean un
modelo estilístico y narrativo diferente al de Hollywood y, por
eso, es que tiene mayor rechazo de la gente ya que se las consideran
aburridas.
Hay
dos cosas muy importantes: una parte tiene que ver con la formación
del público en otras formas narrativas y estilísticas distintas a
las de Hollywood. Una manera sería acostumbrar a las personas a
otros modos narrativos lo cual implica toda una labor de difusión
donde la televisión pública tendría que tener una función
importante o también se haría uso de las salas alternativas. Y la
otra parte es que no se debería despreciar al cine Hollywoodense ya
que incorpora e incrementa muchos elementos de la cultura popular.
¿Le
parece que la opinión que dice que el cine peruano solo se enfoca en
temas trágicos como el terrorismo es cierta?
No,
no es cierto. El cine peruano no solo se ocupa del terrorismo de
lisuras y calatas, todas son falacias. En realidad hay una gran
variedad de temas. Recuerdo cuando Ricardo Bedoya mencionaba, al
entonces congresista Raffo, que hay un mucha gente que hace cine en
el Perú , se hace un montón de películas y hay una gran variedad
de temas: hay comedias, tragedias y películas fantásticas, sobre
todo, las andinas como “Jarjacha” o “Supay”.
¿Qué
es lo que diferencia una película comercial de una película
artística?
Nada,
una película comercial puede ser una película artística y una
película artística puede ser una comercial. Es muy relativo porque,
por ejemplo, las películas de Chaplin son, absolutamente,
comerciales pero también son películas artísticas que
despertaban entusiasmo en los artistas de vanguardia. Entonces, no
hay una diferencia muy clara en uno y otro. Hay casos sí en que las
películas son un desastre artístico y pueden apuntar a ser
comerciales como “Transformers”.
¿Cree
que el Perú está intentando hacer, ahora, películas más
comerciales para competir con aquellas de Hollywood? Si es así, ¿eso
el parece positivo o negativo?
No
sé si más comerciales. De hecho las películas peruanas que
aspiran a entrar a los circuitos de las grandes salas de exhibición
son películas comerciales como “Paraíso”, “Octubre”, “La
teta asustada”. Es decir que si van a entrar a ese circuito ya
están asumiendo que son una mercancía (un producto de la industria
cultural).
Hacerlas
más atractivas hacia un público masivo supone adoptar el modelo
narrativo y estilístico de Hollywood porque así creen que ganarán
más dinero y, por otra parte, hay quienes lo hacen porque así es
su manera de expresión. Me parece que, a juzgar por los resultados
recientes, hay algunos directores que se están planteando hacer
películas más dirigidos a públicos masivos para tener mayor
ganancia, pero depende también de cómo se hace, porque pueden haber
o no películas creativas.
Se
está a punto de estrenar el filme peruano “Lima 13”, ¿cómo
considera usted que la división de horarios en las carteleras afecte
su recepción?
Depende
de cómo negocie Fabrizio Aguilar con la empresa exhibidora, pero
depende también mucho de las empresas distribuidoras. Generalmente,
en los meses de Septiembre y Octubre se estrenan muchas películas
peruanas porque no hay muchas películas internacionales. Pero si uno
trata de ubicar películas peruanas a fin de año, no hay. Entonces,
si ésta película fuese un éxito y llene las salas, en algún
momento a fin de año, la sacan de las carteleras para que entre una
norteamericana.
Películas
como “Asu mare” de Carlos Alcántara han tenido obstáculos en
cuanto al financiamiento del filme, ¿opina que la actual situación
en los cines tiene un papel dentro de esto?
Es
difícil financiar una película peruana siempre, “Asu mare” no
es el único caso. Algunos directores hacen préstamos o hipotecan su
casa, otros se presentan a concursos que establece la ley con lo cual
tienen una ganancia que les permite presentarse ante otros
inversionistas para obtener otros préstamos. Hay entidades
internacionales que financian películas peruanas, pero se trata de
ir cogiendo de diferentes fuentes un dinero necesario para arrancar
con una producción.
También
están los concursos, hay concursos para todo. Por ejemplo, hay
concurso para: preparar el proyecto, producción y posproducción.
Pero, por otra parte, también hay películas de bajo presupuesto
como en provincias. En las provincias se hacen películas para un
mercado más pequeño, los costos son mucho menores. Existe también
el cine independiente, urbano, idealista que no quieren que su
producto sea una mercancía, entonces ellos mismos se financian y no
cobran entradas.
0 comentarios:
Publicar un comentario